Artemis
Los
amores de ZEUS y LETO habían dado fruto. En la isla de Delos, LETO paría a una diosa:
ARTEMIS. Por primera vez en la historia olímpica el propio ZEUS asistía al parto,
ayudando con palabras de aliento a su compañera y dejándose sorprender por la belleza y
la emoción que suponía el alumbramiento de ARTEMIS. Tanta emoción, proviniente del gran
dios a quien se suponía ahíto de sensaciones y de quien se conocía una retahila de
descendientes habidos con multiples diosas y mortales, no pasó desapercibida para LETO
que, igualmente emocionada y no menos agradecida, obsequió al progenitor con un segundo
momento de similar embeleso y trajo al Elíseo un segundo vástago, gemelo de ARTEMIS
quien, a pesar de su condición de recién nacida, también ayudó en el parto: APOLO.
ARTEMIS
fue una diosa bella e introvertida, silenciosa, taciturna; se la identificaba con la luna,
lo obscuro, la selva, la muerte, al contrario de lo que acontecía con su hermano APOLO,
todo belleza, bondad y luz.
ARTEMIS
aparece siempre vagando sin rumbo por entre los umbrales boscosos, armada de arco y
flechas. Prototipo, pues, de la diosa cazadora, ARTEMIS poseía además el don de la
venganza, quizá propiciado por ORION, infeliz criatura que intentó seducirla y acabó
ensartado.
ARTEMIS
no alteraba jamás su bello gesto, radiante e impenetrable, así matase con la sóla
mirada o con las certeras flechas que su puntería convertía en infalibles. Fue tan
extremadamente bella y deseada, como intocable.
Zanjado
el Olimpo, decretado el concepto mitológico y reconvertidos arco y flechas en arco
voltaico y flechas made in Hong-Kong de acero inoxidable, ARTEMIS, desarmada, pasó a
llamerse "Remedios la bella" y se dispuso a levitar en las páginas eternas de
"Cien años de soledad", ayudando así a Gabo en el parto de un
"Macondo" que cierra la espiral de la creación y, de paso, la propia historia
de la diosa.n |