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El
artista verdadero es alguien potencialmente
peligroso |
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Completart.com
tiene hoy la enorme satisfacción
de presentarles esta entrevista
en exclusiva con uno de los
escritores españoles contemporáneos
más singulares, Manuel Talens,
que acaba de poner en el mercado
su último libro -un conjunto de
relatos-, titulado Rueda del
tiempo (Tusquets Editores,
Barcelona, octubre 2001).
Nuestra enviada especial,
Marcela Estévez, mantuvo hace
unos días con Talens la
siguiente conversación: |
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MANUEL
TALENS |
Completart.com: Vamos a hablar de arte con
Manuel Talens, un escritor que está en primera línea
de fuego, si se nos permite este símil tan
desafortunado en los tiempos que corren. ¿Es el
arte una religión, una moda o una asignatura
social optativa?
MANUEL TALENS: Claro, Marcela, el
símil de la primera línea de fuego es bastante
desafortunado, sobre todo si pensamos en lo que
está ocurriendo ahora mismo en Afganistán. Los
campesinos y la población civil de ese país sí
que están de verdad en la línea de fuego, con
todas las bombas que les caen desde el cielo sin
saber muy bien por qué, a menos que las aventuras
estratégicas del imperio para controlar el mundo
sean una razón aceptable. Yo diría más bien que
trato de estar en primera línea -no de fuego,
sino de palabras- en cuanto al cumplimiento de mi
función de artista, de escritor, que consiste ni
más ni menos que en buscar a cada momento crear
belleza, pero sin olvidar que el "arte por el
arte" es algo burgués, retrógrado. Dicho de
otra manera, la belleza está muy bien y yo la
alabo, pero el artista -y eso lo saben o deberían
de saberlo los pintores, escultores, fotógrafos,
etc.- ha de responder asimismo a los problemas de
su tiempo, buscando siempre la mejora del mundo en
que vive, lo cual se traduce en una implicación
política activa (a no confundir, por favor, con
la política de los partidos). Ejemplos de esto
que digo son las bellísimas y al mismo tiempo
dolorosas fotografías de Sebastião Salgado, o
bien la serie de cuadros sobre el Cristo del Otero
de Victorio Macho y también la serie Art-Dollar,
ambas de mi amiguete Abbé Nozal, del que creo que
tenéis alguna obra en Completart.com. Esas
fotografías de Salgado y esos óleos de Nozal son
algo muy hermoso y, al mismo tiempo, tienen un
objetivo claramente desestabilizador, pues actúan
como un petardo que hiciera saltar en añicos la
falsa máscara de la gente de orden. Yo trato de
hacer lo mismo, pero no con pinceles, sino con
palabras. En cuanto al meollo de tu pregunta, el
arte no es una religión y si lo fuera yo me
alejaría de él, porque las religiones me dan
alergia. Tampoco es una moda. Dejemos las modas
para los fabricantes de zapatos o de modelitos de
alta costura. Es quizá, para muchos, una
asignatura social optativa con la que evadir la
realidad. En cambio, para mí, la práctica del
arte de la escritura es la manera que escogí de
estar en el mundo.
Completart.com: ¿No te parece una postura
presuntuosa?
MANUEL TALENS: No, porque la práctica
de cualquier actividad no significa que uno logre
la excelencia en ella. El abogado, gane o pierda
juicios, ejerce la abogacía; el albañil, sea
bueno o malo, junta ladrillos y hace casas y yo,
sepa o no sepa contar historias, practico el arte
de la escritura. El que eleve o degrade dicho arte
es problema mío, pero eso no quita que es con lo
que me expreso ante mis semejantes.
LOS
ARTISTAS SOMOS UNA FAUNA BASTANTE OBSESIVA |
Completart.com:
A veces el mundo del arte parece ser como un gueto
reservado a un pequeño grupo de iniciados, como
una secta que negase el acceso al descreído, como
un club de elite que exigiera a los socios una
sensibilidad fuera de lo común y un talonario
generoso. ¿Esto fue siempre así o es un fenómeno
actual?
MANUEL TALENS: Los artistas
-quienes practicamos cualquier arte, bien o mal-
somos una fauna bastante obsesiva y eso hace que
se nos suela situar en el margen, junto a la gente
rara, como a los locos. De todas formas hace falta
estar un poco chiflado para dedicarse a algo que
casi con toda seguridad no le va a dar a uno de
comer. Pero no, no siempre fue como dices. Al
pintor de la cueva de Altamira no le importaba
nada sacar provecho de su trabajo, simplemente lo
hizo para dar una salida expresiva a lo que sentía.
Tampoco Berceo o el Arcipreste de Hita buscaban
otra cosa que no fuera resolver por medio de
palabras lo que les carcomía el interior. En
cualquier caso, ninguno de ellos funcionaba como
un profesional en el sentido moderno del término.
Fue el finiquito de la Edad Media, con la invención
de la imprenta y el arranque del Renacimiento, lo
que puso todo patas arriba al iniciarse la
tendencia a firmar las obras personales, que de
ser algo común a todos los miembros de una
cultura -con añadidos de mucha gente-, pasaron a
ser exclusivas de quien las componía. Así nació
el concepto de "artista" -precursor del
concepto de copyright- al mismo tiempo que
el capitalismo, y así ha perdurado hasta nuestros
días. El hecho de que el mundo del arte parezca
un gueto reservado a unos pocos no es sino una
consecuencia de lo anterior.
Aclararé que cuando me autodenomino artista lo
hago con una cierta resignación, no como un
estandarte. Dicho de otro modo, y si me permites
jugar con el lenguaje, no soy un artista, sino que
"estoy" un artista, ya que el arte es
una praxis que no otorga naturaleza ontológica
alguna a quien la ejerce. Acepto y utilizo -porque
no me queda más remedio para que me entiendan- el
significado social que se le suele dar a la
palabra artista, pero en el fondo pienso que serlo
está en el mismo saco que ser carpintero, médico
o chófer de autobús, es decir, se trata de un
oficio como cualquier otro.
Es evidente que, en un entorno donde todo tiene un
valor monetario, cuanto más parezca que es
imprescindible ser un privilegiado para disfrutar
de cualquier arte o para practicarlo, más elevado
será ese valor y más prestigio tendrá quien lo
practica. El aura que rodea al artista no
es nada inocente, está ahí porque el dinero
llama al dinero. La apariencia -muy real- de gueto
es necesaria en el arte para mantener el valor de
mercado. No es algo casual que hoy, cada vez que
se quiere poner por las nubes, por ejemplo, a un
cantante, se añada siempre que ha vendido equis
millones de discos, pues lo que cuenta es eso, la
plusvalía. El mismo disco, si no vende nada,
carece de interés y nadie habla de él. Pero esto
no es nuevo, viene siendo así desde el comienzo
de la modernidad con el Renacimiento. Cervantes,
que para muchos es el novelista más grande de
todos los tiempos, fue un muerto de hambre por el
que nadie daba un maravedí: vendía poco,
mientras que Lope de Vega, un autor teatral de éxito
pero también un auténtico lameculos al servicio
de la monarquía, se hizo de oro. En la pintura
sucede igual: acuérdate de Van Gogh.
Completart.com: ¿Insinúas que los
artistas son parte integrante del capitalismo?
MANUEL TALENS: Pues claro, y el
que lo niegue es un insensato. El mundo en que
vivimos funciona de acuerdo con las coordenadas
del valor de mercado, de la plusvalía y de todo
aquello que Marx describió y que te ahorro ahora
para no aburrirte. Los cuadros, esculturas,
fotografías o grabados que mostráis en Completart.com
se venden a un precio, mis novelas también, los
discos de Manu Chao o del rapero más subversivo
también, todo tiene un precio. Otra cosa es que
uno esté a gusto en un entramado social así.
Admito que en mi caso se trata de una contradicción
insoluble, al menos por ahora, pero mientras las
cosas no cambien -y no veo cómo van a cambiar- la
única posibilidad que tiene el escritor
contestatario de llegar a un público es buscarse
una plataforma que le permita una libertad total
de expresión. La editorial donde publico,
Tusquets Editores, es el paraíso en ese sentido:
los criterios de publicación que sigue son estéticos,
no ideológicos, a nadie se le dice lo que ha de
escribir. El autor es respetado al máximo. Así
da gusto.
Completart.com: Al hilo de tu reflexión,
¿crees que a un pintor o a un escultor se le está
diciendo hoy en día lo que ha de pintar, lo que
ha de esculpir?
MANUEL TALENS: No es posible
generalizar, porque está claro que hay
individualidades que no se casan ni con dios ni
con el diablo, sino que siguen su propio criterio,
pero también es cierto que en la actualidad se
percibe por parte del pintor, del escultor un,
digamos, sometimiento a la voluntad del crítico,
a la dictadura del sistema intelectual de lo que
se lleva. Por ejemplo, no hace mucho parece que se
imponían las instalaciones. ¡Joder, tío!, todo
el mundo se puso a hacer huecas instalaciones,
como ese fulano, ese tal Damien Hirst, al que un
empleado de la galería de Londres donde estaba
exponiendo le tiró hace poco a la basura una de
sus preciadas obras, convencido de que se trataba
de un montón de mugre. Claro que la obra en
cuestión era una pila de cervezas vacías, tazas
de café sucias, ceniceros con restos de
cigarrillos, etc. En fin, es evidente que la sola
misión de epatar al personal ya no vale, si es
que algún día tuvo sentido. Por cierto, esa obra
que digo, dado que la noticia apareció en los
periódicos, encontró enseguida comprador. ¡Hay
que joderse!
Completart.com: Una pregunta muy simple, ¿el
arte es verdad o es mentira?
MANUEL TALENS: Yo soy muy
kantiano y, por lo tanto, creo que la verdad
existe. Son los posmodernos, con Baudrillard o
Fukuyama a la cabeza, quienes se han inventado eso
de que todo es relativo y de que cualquier idea es
válida, lo cual les permite justificar las
mayores tropelías, como la Guerra del Golfo o la
actual globalización neoliberal. La libertad
conduciendo al pueblo, de Delacroix, es
verdad. El Guernica de Picasso es verdad.
El Buscón Don Pablos es verdad.
Completart.com: ¿No existe, pues, la
mentira en el arte?
MANUEL TALENS: Claro que existe,
la practican todos esos escritores de bestsellers,
todos esos arquitectos que han destruido los
paisajes urbanos de cualquier país occidental,
todos esos cantantes que julioiglesean por el
mundo o todos esos pintores que venden como
churros cuadros kitsch a nuevos ricos en
Estados Unidos. La mentira en el arte existe
cuando éste deja de plantear preguntas nuevas y
atrevidas y ofrece respuestas prefabricadas.
Completart.com: ¿Cuál debe ser, según tu
opinión, la función de los museos en nuestros
tiempos?
MANUEL TALENS: Mostrar la
vanguardia de lo que se hace en cada cultura.
Completart.com: ¿Y cuál debiera ser la
función del Ministerio de Cultura? ¿Debe
proteger, dirigir, orientar, patrocinar? ¿Debe
existir una política de las artes?
MANUEL TALENS: Yo no me creo ni
por un momento que quienes ocupan el poder se
interesen por la cultura y, si lo hacen, tampoco
me creo que dicho interés sea mayor que el que
tienen por su propia supervivencia en el poder.
Dicho lo cual, mi opinión es que en las
condiciones actuales los Ministerios de Cultura
son algo absurdo, porque no protegen el arte, sino
que lo dirigen y orientan de acuerdo con sus
estrategias de partido y, además, patrocinan sólo
a los artistas que comen en su pesebre. Los
Ministerios de Cultura de Francia y España, cuyas
actuaciones conozco bien, me parecen una verdadera
broma.
Completart.com: Diciendo estas cosas, ¿no
temes que te pongan en la lista negra, tanto en
Francia como en España?
MANUEL TALENS: Estoy temblando...
aunque llevo temblando ya mucho tiempo, de modo
que tal vez será por otra cosa, a lo mejor es el
miedo a que me salga una
hernia de hiato.
Completart.com: ¿A qué escultor le has
comprado una obra? ¿A qué pintor? ¿A qué fotógrafo?
MANUEL TALENS: Tengo en casa una
escultura inuit en piedra verde que me
vendió un esquimal y una litografía,
probablemente falsa, de Dalí. Es un reloj blando
pintado a plumilla que da las horas al revés. Me
encantó la idea del tiempo invertido. En cuanto a
las fotografías, mi mujer, que es una fotógrafa
excelente, me las regala.
EL
MERCADO LO RECUPERA TODO |
Completart.com:
Al hilo de Estampa, la feria de obra gráfica
que abre ahora sus puertas en Madrid, ¿cómo
valoras esta manifestación artística y cómo
intuyes ese especial mercado?
MANUEL TALENS: Considero que la
obra gráfica, los múltiples y, en general, toda
seriación son algo muy interesante, porque logran
que prevalezca la idea del arte al alcance de
muchos frente al concepto de posesión exclusiva
que lleva implícito la obra única e
"inmortal". Cualquier
reproducción en cadena mediante la tecnología
perfecta que hoy nos ofrecen las máquinas es una
herida que se le inflige a la idea del arte como
bastión de unos pocos privilegiados. Es evidente
que el mercado termina por recuperar y sacar
provecho de cualquier idea, hasta de la más
subversiva: el blues, el rock o el rap, o incluso
el flamenco, eran en su origen músicas de
protesta social y, sin embargo, ahora funcionan
como apéndices de la poderosa industria discográfica.
También la famosa foto que Alberto Korda hizo del
Che Guevara durante un mitin revolucionario anda
ahora en camisetas, llaveros, pósters y souvenirs.
Sí, el mercado lo recupera todo, pero volviendo a
Estampa, una litografía de la que se
venden doscientas copias iguales nunca podrá
alcanzar las sumas obscenas que se pagan por un óleo
del que sólo existe un ejemplar. Ya
lo intuyó Walter Benjamin en 1930 en su ensayo La
obra de arte en la era de su reproducción técnica:
las obras reproducidas en serie mediante máquinas
serían capaces de suplantar con ventaja al
artista creador. En donde mejor se ve esto hoy es
en los discos. Por ejemplo, hace setenta años,
cuando Carlos Gardel grababa un tango, lo que
cantaba es lo que se oye, ni más ni menos. En
cambio ahora José Carreras, que en directo da
verdadera pena porque no le queda voz, sigue
sacando discos extraordinarios. ¿Y a quién le
importa si son mentira, puesto que lo que se
escucha es perfecto? Lo verdaderamente grave sería
que el propio Carreras, cuando se mira en el
espejo, estuviese convencido de que sigue siendo
un gran tenor. Y lo mismo se puede decir de la
mayor parte de los artistas discográficos de la
actualidad, que son incapaces de alcanzar en
concierto la calidad de sus discos. Y es que los
ingenieros de sonido, con sus trapicheos electrónicos,
han tirado de esa manta mitológica que desde hace
siglos cubría el artificio que llamamos arte.
Completart.com: Si hubiera que relacionar
entre sí los mundos literarios y artísticos, ¿qué
personaje literario tendría los mejores pinceles,
la más sensible gubia, el objetivo más
perspicaz?
MANUEL TALENS: Digamos que Don
Quijote pinta el mundo como le gustaría que
fuese, no como es, y por eso se da de bruces a
cada momento contra la realidad. Lázaro de Tormes
esculpe la España renacentista, desbastando su
piedra de todo lo superfluo y mostrándonos la
cara oculta de un imperio ya decadente. En cuanto
al objetivo, y supongo que te refieres al de una cámara
fotográfica o de cine, cualquier personaje de
Raymond Carver procede con maestría a sorprender
en una instantánea el espíritu profundamente
desorientado del pueblo estadounidense.
Completart.com: ¿Se influencian entre sí
las distintas ramas del arte?
MANUEL TALENS: Claro. El artista
del Renacimiento, capaz de practicar diversos
artes y encima hacerlo bien, es el paradigma de
dicha influencia. La primera obligación de un
artista es ser curioso y la segunda es hacer todo
lo posible para adquirir una cultura, porque el
arte es una cadena a la que se van añadiendo
eslabones y no es posible ser un buen artista si
no se conoce bien lo anterior. Ése es el problema
de mucho diletante, que cree que una buena novela
se escribe sin haber leído antes a Fernando de
Rojas, a Dickens, a Faulkner o a Borges. Picasso,
un hombre de una curiosidad irreprimible que
incluso llegó a escribir una obra de teatro -lo
cual es un dato poco conocido- era un hombre
culto, que se interesaba por todo. Sentadas estas
premisas, qué duda cabe que la curiosidad en
cualquier artista que se precie lo empuja a
observar lo que hacen otros en un campo distinto
al suyo. El perro andaluz de Buñuel fue
concebido con la ayuda de Dalí, un pintor, y hoy
muchas novelas actuales están escritas por
planos-secuencia, como si fueran películas. El
Rafael Alberti pintor influenció al Rafael
Alberti poeta. El barroco, por ejemplo, no sólo
florece en las iglesias, se encuentra también en
la literatura. Podría darte más ejemplos, pero
ya vale.
Completart.com: El marketing nutre al
mercado del arte. ¿Es arte también?
MANUEL TALENS: No, no nos engañemos,
el marketing es la técnica consumada de vender un
producto, ya se trate de un queso o de un cuadro
de Matisse. En general el artista tiene poco que
ver en la venta de sus obras, ya que el arte suele
ser una actividad solitaria, que requiere
concentración, estudio, ensimismamiento y, una
vez terminada la obra, cuando empieza a intervenir
el marketing, el artista suele estar ya
concentrado en otra cosa y son los mercaderes (que
conste que no utilizo la palabra en el sentido bíblico
peyorativo) quienes se ocupan del aspecto
comercial.
Completart.com: ¿Y la labor de los críticos
de arte, es labor de escritor o labor de arte? ¿O
qué es?
MANUEL TALENS: Si nos centramos
en los medios de comunicación de España, la
verdadera crítica prácticamente no existe en
ninguna de las artes. En literatura, con
frecuencia lo que hay son pequeños textos
descriptivos del argumento, adornados con frases
prefabricadas como, por ejemplo, "fulanito
tiene una escritura hipnótica" o con tonterías
por el estilo que no significan nada. El
decir que un texto es bueno o malo, porque sí,
sin dar más explicaciones, no es una crítica
sino una opinión, un acto de fe. Hay muy poco
rigor. Sin embargo, no quiero ser más papista que
el Papa, porque también es verdad que un amplio
sector del público necesita este tipo de
comentarios superficiales para lanzarse a comprar
un libro, lo cual es el primer paso para que nazca
un posible lector.
En pintura o escultura es todavía peor, ya que al
leer las reseñas resulta imposible comprender de
qué puñetas hablan, parecen tratados de
esoterismo. El problema, a mi entender, reside en
que buena parte de la gente que ejerce esa crítica
lo único que busca es ganarse unas cuantas
pesetas para pagar el alquiler de la casa. Por
eso, cuando uno lee alguna crítica bien
estructurada -y las hay, por fortuna-, con un análisis
incisivo de los elementos de la obra, ya se
trate de un libro, de un cuadro o de una
escultura, dan ganas
de quitarse el sombrero. Para mí las críticas
literarias de Baudelaire son auténticas obras de
arte, a menudo superiores a la obra criticada.
Completart.com: En tu obra literaria hay
ocasionales anotaciones sobre el mundo de las
artes plásticas. ¿Puedes hablarnos de ello?
MANUEL TALENS: Uno de los cuentos
de mi libro Venganzas trata de un personaje
que reproduce en la vida real los diferentes
cuadros del martirio de San Sebastián, ya sea el
de Antonello da Messina, el de Perugino o el de
Andrea Mantegna. Me divertí mucho estudiando el
tema mientras lo escribía. Otro cuento trata de
una pintora que descubrió su vocación al ver
unos óleos de Manuel Ángeles Ortiz, el amigo de
García Lorca. También, en la edición que hizo
Tusquets de mi novela La parábola de Carmen la
Reina, la portada, un cuadro de Abbé Nozal,
forma parte intratextual de la historia.
EL
TIEMPO ES UN ELEMENTO CÍCLICO SI NO SE
APRENDE DE LA EXPERIENCIA |
Completart.com:
¿Hay alguna referencia a la pintura en el libro
que acabas de sacar, Rueda del tiempo?
MANUEL TALENS: No a la
pintura, pero sí a las artes gráficas o, para
ser más preciso, a la cartografía. Hay un cuento
didáctico, titulado "El mapa de Peters",
que desmonta de forma narrativa la supuesta
ingenuidad del mapamundi que el alemán Mercator
dibujó en el Renacimiento y que -paradójicamente-
se sigue todavía estudiando en todas las
escuelas. Un mapa no es más que la representación
de un territorio y, si quien lo representa tiene
mala fe, el daño que hace puede ser muy grande,
pues todos nos imaginamos el mundo de acuerdo con
dicha imagen y no es posible tener el mismo
respeto por África si creemos que es igual de
grande que Europa que si sabemos que en verdad
triplica el tamaño de ésta. Se podría decir que
Mercator, al reducir arbitrariamente la extensión
de los países pobres, fue el padre espiritual de
las actuales compañías multinacionales, para
quienes el Tercer Mundo no existe en la práctica.
El cartógrafo contemporáneo Arno Peters, también
alemán, ha puesto las cosas en su sitio al
eliminar las distorsiones. Pero claro, tuvieron
que pasar varios siglos, mucho tiempo...
Completart.com: ¡Ah, el tiempo en
tu reciente Rueda del tiempo! ¿Por qué
ese título?
MANUEL
TALENS: Es que se trata de un total de
dieciséis historias no relacionadas entre sí, en
las que el hilo conductor es el tiempo como
elemento cíclico, con tendencia a repetir los
mismos errores cuando no se aprende de la
experiencia ni se cambia el molde de una vez por
todas. Los personajes, como es lógico, tienen una
amplia densidad temporal, necesaria para poder
apreciar esto que digo. Los temas son muy
variados, desde un maquis canadiense que participó
en su juventud con las brigadas internacionales en
la guerra de España y que regresa ya anciano par
morir en el lugar donde conoció el amor, a las
andanzas de un judío turco de ascendencia española
que busca sus orígenes o a la amistad que inicia
un escritor poco escrupuloso con un viejo torero
cojo que sigue fiel a sus ideales a pesar de la
miseria de su vida. Hay incluso un cuento -el
titulado "La lucha interminable"- que es
un pastiche del principio del evangelio de San
Marcos y de un fragmento de un escrito del
subcomandante Marcos, y que busca demostrar que
los discursos contestatarios -es decir, el arte-
son eternos, porque las injusticias también lo
son. En el relato final, el más largo, aparece de
nuevo Rosilda Ballester, una de las protagonistas
de mi novela Hijas de Eva, sólo que ya
cincuentona, en vez de adolescente.
Completart.com: La portada de Rueda del
tiempo se titula "Pasado, presente y
futuro". Dejemos el pasado, por eso mismo;
dejemos el presente, por pasado, así que hablemos
del futuro: ¿Presentimos el futuro del arte? ¿Es
posible hacer una prospección adecuada?
MANUEL TALENS: El arte siempre se
ha visto sometido a presiones desde los
denominados aparatos institucionales del Estado,
ya que el artista verdadero, por eso de ir por
libre en la vida sin someterse ni a dios ni a rey,
es alguien potencialmente peligroso. La mayor
parte de los artistas españoles tuvieron que
exiliarse después de la guerra civil y eso ha
ocurrido siempre en todos los países que han
soportado un gobierno arbitrario, ya fuesen las
mal denominadas dictaduras del proletariado o las
dictaduras de derechas de toda la vida. Ahora, en
Occidente, las cosas han cambiado en apariencia y
son por eso mucho más perversas, ya que el
sistema que controla todo -el mercado- sigue
siendo el mismo. En América Latina, por ejemplo,
salvo en Cuba, todos los países tienen hoy un
sistema democrático, con partidos, elecciones y
libertad de expresión. ¿Significa eso que hay
menos miseria, menos injusticias? No, simplemente
que el Estado ha aprendido a utilizar otros métodos
para llegar a los mismos fines sin necesidad de
pedir ayuda a los militares: la propaganda
subliminal en la televisión -que todo el mundo
contempla a diario-, el control de las
informaciones que llegan al público a través de
los medios, la desinformación pura y dura, etc.
No hay más que leer a Noam Chomsky para hacerse
una idea de esto. El arte, como toda expresión
humana, no es ajeno a tales maniobras. Buena parte
de lo que pasa por ser "arte" en
Occidente no es más que entertainment políticamente
correcto, al estilo de lo peor de Hollywood, y
quienes lo practican no buscan de ningún modo ser
la mosca cojonera del mundo, sino conseguir un
lugar al sol. Por eso las ceremonias de
triunfadores al estilo de los Óscars o de los
premios literarios supermillonarios me dan ganas
de vomitar. Pero, ojo, siempre ha habido artistas
insobornables que no se dejan comprar y, por
fortuna, seguirá habiéndolos, de eso no me cabe
la menor duda.
Completart.com: Desde la experiencia de
Manuel Talens, ¿que consejo podríamos dar a
quienes están interesados en el arte?
MANUEL TALENS: Me han dado tantos
consejos inservibles a lo largo de mi vida que no
me atrevo a repetir la experiencia con los demás.
Yo soy un intuitivo y lo que veo, leo o escucho,
si me produce un placer estético, para mí es
arte.
Completart.com: Desde la sabiduría
literaria de Manuel Talens, ¿cuál sería el
consejo que haríamos llegar a los políticos
responsables de la cosa cultural?
MANUEL TALENS: Gracias por el
piropo de la sabiduría, Marcela, eres un cielo,
recuérdame que te invite a cenar. Voy a saltarme
mis principios y, por una vez, les daré un
consejo a los políticos responsables de la cosa
cultural, a sabiendas de que no me harán ni caso:
que se olviden del arte y se dediquen únicamente
a lo que mejor hacen, que es medrar.
Completart.com: ¿Cómo ve Manuel Talens la
irrupción de Internet en el mundo de la
literatura y el arte?
MANUEL TALENS: El año pasado
traduje un libro muy interesante de un filósofo
inglés que estudiaba este asunto y una de las
conclusiones que sacaba es que Internet es una
verdadera revolución, cuyo alcance y
consecuencias todavía no somos capaces de
comprender. Internet ha cambiado ya la manera que
teníamos de comunicarnos, ha acortado las
distancias y ha permitido intercambiar puntos de
vista o imágenes de manera instantánea con gente
que vive en la otra punta del planeta. La mayor
parte de lo que contiene es pura bazofia, de
manera que el problema consiste en cómo hacer la
selección para no perder el tiempo. En cuanto a
la literatura o al arte en general, sin duda los
cambiará también. Hoy es imposible que un
arquitecto diseñe un edificio si no tiene un
ordenador, casi todos los escritores hemos
abandonado la pluma o el bolígrafo, sustituyéndolos
por las teclas y el tratamiento de textos y, si
nos referimos a los pintores, entre ellos ha
surgido el arte digital. La portada de Rueda
del tiempo es un ejemplo de esto: fue creada y
manipulada en pantalla y enviada luego a Tusquets
Editores por correo electrónico a través del
ciberespacio. Hasta que apareció el libro, sólo
existía bajo forma de datos binarios en el disco
duro de un ordenador, no como objeto tangible, era
algo puramente virtual. Si mi abuela levantara la
cabeza y le contaran esto no se lo podría creer
y, sin embargo, es cierto.
Completart.com: ¿Cuál es la pregunta que
no te he hecho y que te hubiera gustado responder?
MANUEL TALENS: No soy tan
vanidoso como para pensar que poseo una respuesta
esencial a una pregunta también esencial, de
manera que te agradezco las que me has hecho, que
son ya un privilegio para mí. Además, añadiré
que me alegro mucho de que no me hayas preguntado
si lo que escribo es autobiográfico, que es lo
que nos suelen preguntar a los escritores quienes
no tienen nada que preguntar.
Completart.com: Pues nosotros agradecemos
especialísimamente a Manuel Talens la atención
que nos ha prestado y el buen y provechoso rato
compartido con él. Hasta siempre.
MANUEL TALENS: Gracias a ti y un
saludo a los visitantes internéticos de Completart.com
Manuel
Talens nació en Granada en 1948.
Durante los últimos años ha alcanzado un
lugar distinguido en el panorama de las
letras españolas. Además de la obra
publicada individualmente, ha participado
en el volumen colectivo Cuentos
eróticos de Navidad (Tusquets
Editores, La Sonrisa Vertical 111) con el
relato «Sola esta noche». Manuel
Talens es también articulista en la
edición valenciana de El País y
traductor de obras de ficción, semiótica,
ensayo y cine. Éstos son sus libros
publicados en Tusquets Editores: |
Venganzas
Hijas
de Eva
La
parábola de Carmen la Reina
Rueda
del tiempo |
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